La centralidad del juego.
A través del juego los niños/as pueden ampliar sus horizontes, crecer y crear en libertad, expresar su mundo interior, sus emociones, necesidades e intereses poniendo en movimiento deseos, temores, angustias y ansiedades que se manifiestan y elaboran de manera creativa, individual o colectivamente. El juego es un espacio de sostén en el complejo proceso de constitución de la subjetividad y desde temprana edad se expresa en el itinerario madurativo: itinerario; porque es el recorrido espontaneo que, movido por la emoción, realiza el niño/a al jugar. Madurativo; porque es durante la actividad donde se observa la evolución del juego.
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